domingo, 11 de mayo de 2008

Turquía y sus mil y una noches.


En el famoso y antiguo libro anónimo atribuido justamente a la Turquía de la época de los sultanes y sus harenes se cuenta la historia de una joven doncella que a fin de ganar tiempo cuenta a su captor una historia distinta cada noche. Al ver la carrera de este fin de semana me quedo con un sentimiento parecido a este. Es una opinión muy personal pero creo que Felipe Massa está ganando tiempo contándonos historias bonitas y aparentes hazañas, no solo por su gran talento sino por la poca intervención de figuras más renómbrales que en este preciso momento están más bien apareciendo poco.

Por si alguien todavía duda, que no lo haga, no me gusta Massa y no es ningún secreto. No dudo de que sea un piloto para estar en la F1 pero de ahí a que nos traguemos que es realmente un candidato al título hay un mundo. Es segundo a 7 puntos de su compañero de equipo, de acuerdo pero también conduce un Ferrari que ahora mismo esta uno o tres e incluso cinco pasos por delante de cualquier otro coche con lo cual no se puede permitir nada menos a cualquier piloto que se suba a la grupa del caballino. De las cuatro válidas que han contado en Istambul Park, una la ha ganado Raikonnen cuando todavía vestía el mono de McLaren y las otras tres han sido de Massa que no solo ha conseguido poles sino también hacerse con la carrera. Es evidente y soy el primero en reconocerlo, hay circuitos a los que el paulista se le dan bien como es de suponer este es uno de estos. Durante todo el fin de semana le he visto muy cómodo y rápido, seguro de sus posibilidades y las de su monoplaza, hecho que aprovechó, no es cojo pero no es un piloto de elite, no es un piloto en el cual se pueda fundamentar una campaña a largo plazo como lo fueron Michael Schumacher o los son actualmente Fernando Alonso o Kimi Raikkonen y es que Massa es un piloto de cooperación, el perfecto escudero el ideal Sancho Panza pero en esta ocasión se perdieron los papeles y Sancho quiere ser quien conquiste el corazón de Dulcinea, corazón que un enamorado Luca Cordero de Montezemolo ha entregado ya a quien espera coja la posta de Schumi, Kimi Raikkonen, quien ha aceptado gustoso el envite. Bueno después de esto tenemos a Massa con tres victorias en su haber en Turquía y dos este año para el campeonato, para mí saben a dulces cuentos que pretenden ganar tiempo.

Con respecto al resto podemos decir que vivimos una carrera bastante bonita con adelantamientos en muchos sectores y en muchos momentos. Desde la largada tuvimos momentos de acción, un adelantamiento soberbio de Hamilton que lo ubicó en la segunda posición mientras Alonso hacía lo propio para ubicarse quinto a costa del gran perjudicado en este apartado Kimi Raikkonen quien no tardaría en hacer lo propio y recuperar posiciones en una carrera para él más bien parca en la que me da la sensación de poder haber hecho más pero que al ser el líder se conformó en agrandar un poco la brecha y descansar un poco camino al Principado en Mónaco donde ya le hemos visto ganar.

Creo que el otro protagonista indiscutible el domingo fue Lewis Hamilton. Una estrategia arriesgada de tres paradas que en un principio parecía ser un suicidio terminó dando al piloto británico la segunda posición por delante de Kimi y hasta permitió en algún momento en que soñemos con la victoria, sueño que no tardó es desaparecer. Según las propias palabras de Pedro de la Rosa, tercer piloto de McLaren y compañero por tanto de Lewis, la victoria hubiera sido de él de haber escogido una estrategia a dos paradas, pera las suposiciones son imposibles de comprobar. No dejó de sorprenderme que en la vuelta de clasificación Hamilton haya elegido para dar la vuelta los neumáticos de compuesto duro en vez de los blandos que son los que mejor resultado dan a una sola vuelta. El motivo sin embargo no es difícil de deducir, Lewis es el piloto probablemente que más castiga los neumáticos, en más de una ocasión hemos podido comprobar como los lleva al límite y hasta han explotado debido al fuerte castigo a los que los somete. Visto así el correr con los neumáticos duros en la vuelta de clasificación y hacer una estrategia de tres paradas era la mejor opción para salir de la famosa curva 8 de cuatro vértices con opciones para hacer algo. Lo que me lleva a mi siguiente reflexión ¿qué habría hecho Kovalainen? Pues seguramente habría peleado pro la victoria sin problema. Primero me sorprende el hecho de que después del terrible accidente que sufrió en España esté no solo listo para correr sino que parece haberle perdido el miedo totalmente, fue quizá el más activo y el que más adelantamientos realizo, mucho espectaculares sin duda y es que al fin McLaren parece despertar y parece que pretende meterse en la fiesta evitando que Ferrari se lleve todos los elogios, este domingo las flechas de plata estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellas y vuelven a cortar el aire para recuperar el liderato en ambos campeonatos.

Lo de BMW aunque discreto no deja de ser admirable, eran quizá los únicos que no se dejaron desbordar por las campañas en Malasia y Bahrein. Lo dijeron desde el inicio, están arriba pero todavía les falta dar ese salto para medirse a Ferrari y McLaren como opción real al título. Según Kubica el potencial de sus coches se ve desbordado en circuitos donde el trazado es más bien lento y complicado, características propiamente del próximo Gran Premio, Mónaco, tendremos que esperar a ver si cumplen su amenaza y es en este escenario donde logran su objetivo del año que es ganar su primer gran premio.

Un una noticia buena para los alonsistas y es que finalmente el trabajo de Renault está dando resultados excelentes. Son la cuarta escudería demostrando que lo alcanzado en España no fue casualidad, que están mejorando el coche lo suficiente como para que su piloto se divierta y pelee arriba que es lo que pedía y lo que ha confirmado en las ruedas de prensa. Alonso sacó una sexta posición, él mismo aceptó que es fiel reflejo de las oportunidades que tienen y que no fue séptimo que es lo que realmente merecía de no haber sido por el pinchazo de Kovalainen en la partida que hizo que perdiera terreno, sin embargo Alonso se divierte y ahora no le importa estar ahí pescando los puntos que se le escapen al resto y ojo que es un bicampeón del mundo y por pescar puede pescar hasta un podio. Lamentable contraste por otro punto el de su compañero Piquet que termino 15 con un Renault que le queda demasiado grande, tenía muchas esperanzas en él pero con cada carrera que pasa la decepción se hace más presente y es que no puedes ir para atrás cuando tu compañero y tu equipo tiran para adelante, aunque tu compañero sea Fernando Alonso.

jueves, 8 de mayo de 2008

Saiyonara



Durante los últimos años los dirigentes de la FIA con Mosley a la cabeza se han embarcado en una lucha por abaratar los costes de la F1. Si bien es cierto hace algunos años los grandes presupuestos presuponían éxito con los últimos tiempos esto no se ve del todo claro.

La F1 en este aspecto ha cambiado mucho. Cuando nació esta gran competición se podría llamar de alguna forma “tradicional”, artesanal. Solo así se entienden a los grandes directores y dueños de equipo que eran unos enamorados de sus coches, amantes incansables que buscaban el coche perfecto, me recuerda esa famosa frase de Enzo Ferrari, “La máquina más bella es la que todavía nos queda por hacer”. Y es que de eso se trataba la F1, de sobrepasar los límites físicos de la realidad, embarcarse en una fantasía de grandes hazañas, durante 2 horas del domingo sentir que la conjunción con el viento es total, que el vértigo lleva tu nombre y no hay nadie que puede alcanzarte. Estas eran las grandes motivaciones para los jefes de los equipos, producir cada vez que salga a pista el coche más rápido, no solo superar a los adversarios, sino también superarse a sí mismos.

En algún momento la fórmula 1 dejó su aspecto artesanal y desembarcó la tecnología, la rapidez de un coche no dependía de la habilidad del diseñador (no siempre ingenieros sino apasionados, mecánicos o simples fanáticos como el caso de Steve McQueen), había llegado la época del ordenador, de la aerodinámica y la electrónica. Se comenzaron a ganar importantes segundos a base de complicados procesos que dificultaban cada vez más la conducción, las ayudas electrónicas se hicieron indispensables para que los pilotos puedan mantener la cabeza en la curva que sigue o el piloto de al lado. Así nació una nueva camada de pilotos que se enfrentaban al mundo del motor de manera distinta dándole el brillo de antaño y recuperando las viejas glorias de míticos pilotos que alimentaban los sueños de aquellos llamados a sucederles.

Todo este cambio fue tan vertiginoso y se exigía tanto que la competencia se volvió feroz, el que se retrasa un poco no es lo suficientemente rápido en pista. Las escuderías comenzaron a invertir más y más, se vio la necesidad de pedir patrocinios, los espacios en los coches se vendieron para promocionar productos, países o lo que sea que de dinero un año más. Pronto los pilotos noveles que se adentraban al gran circo tuvieron también que pagar por su asiento, desde luego nunca se lo llamó así, sino llevar patrocinadores para el equipo. Una vez demostrado el talento del joven piloto, este paso era innecesario por el hecho de que un talento siempre trae alguien interesado en asociar su imagen.

Hace unos pocos años la dirección de la FIA contempló asustada como las inversiones para competir en la F1 crecían de una manera exagerada, cada vez era más complicado para ciertos equipos mantenerse, o por lo menos es lo que se preveía si las cosas seguían a ese ritmo. Fue así como se comenzaron a buscar medidas para abaratar costos, muchas no llegaron más que a meras hipótesis, otras sin embargo se fueron ejecutando (aún están buscando más maneras), pronto se aprobaron puntos en el reglamento como la congelación de los motores, el uso de un solo motor y una sola caja de cambios para más de una carrera, etc.

¿Te preguntarás sin duda por qué te cuento todo esto? Por una simple razón, ninguna de estas medidas ha dado resultado. Sigue siendo extremadamente caro participar en un campeonato de F1. Es inaccesible, imposible a menos que tengas una gran maquinaria haciendo dinero detrás. Basta analizar las escuderías que hay hoy en día; la gran mayoría son grandes empresas, emporios enormes dedicados a vender coches de serie que han visto en la F1 la gran oportunidad para promocionar sus productos y así ganar mercado. De las 10 escuderías oficialmente (si 10, no me he equivocado) disputando el campeonato del mundo 6 pertenecen a estas grandes empresas: Ferrari, BMW, Toyota, Honda, Renault y McLaren-Mercedes. De las 4 escuderías que sobran 3 son el capricho, el juguete de dos de los hombres más millonarios del mundo, me refiero a Red Bull, Toro Rosso y Force India. Nombres propios en la F1 ligados a la dirección de las grandes escuderías han desaparecido: los Sauber, Jordan, Stewart, Prost, Tyrell, Minardi han dejado de existir. El único nombre propio que se ha mantenido después de tantos años y el último equipo que está compitiendo este año es Williams. Frank Williams ha logrado desde su silla de ruedas mantener a flote a la tercera escudería más laureada de la historia solo por detrás de Ferrari y McLaren, siendo el dueño inequívoco de su escudería, manteniendo esas ilusiones olvidadas, es un fósil de la "gentlemen competition” de aquellos grandes valores de antaño. Han sabido adaptarse a los tiempos, ir con el flujo, usar la nueva tecnología sin perder identidad.

Se estudió el año pasado la posibilidad del coche cliente. Esta normativa que pretendía impulsar la FIA tenía el objetivo de integrar nuevas escuderías en al competición a precios bastante asequibles, esto se consigue comprando a una de las grandes escuderías el chasis, motor y demás piezas que hagan falta para completar un monoplaza capaz de competir. Esto evidentemente evita costes de investigación, desarrollo y un largo etcétera. En un principio esta temporada se abría el campo a la primera escudería cliente propiedad del magnate británico David Richards, Prodrive, a integrarse en este curso comprando los elementos necesarios a McLaren. Sin embargo esto lleva letra pequeña que hay que leer con cuidado, los puntos conseguidos por estas escuderías no se suman a ellas sino a los vendedores, medida justa si tenemos en cuenta que el coche es de ellos realmente. En una de las últimas votaciones la idea quedó estancada con lo que se sigue estudiando la inclusión de estas escuderías en el campeonato.

Esta larga, larguísima introducción me lleva al tema que realmente quería tratar. La desaparición de la escudería Super Aguri después de 4 carreras en el campeonato 2008. Finalmente pasó lo que tanto temían, la escuadra por falta de pagos de uno de sus patrocinadores se quedó en la quiebra y no puede seguir este año. Después de dos años en la F1 el expiloto japonés Aguri Suzuki director de Super Aguri en una ruda de prensa informó su salida inmediata del campeonato. De todos es sabido que se mantenía en gran parte por el apoyo de otro gigante japonés como lo es Honda, sin embargo el hecho de que se vean superados por su hermano pequeño no debió gustarles mucho, acabaron por retirarles su apoyo y no dieron el visto bueno al intento por vender parte del paquete accionario a un capital alemán después que las negociaciones con la británica Magma Group haya fracasado. Lo que más me ha sorprendido de toda esta historia sin duda es la declaración final de Aguri Suzuki, que además de ser emotiva demuestra muy bien el ambiente que se respira en la F1, asegura que tuvo la oportunidad durante 22 grandes premios (el año y cuatro carreras que ha existido como escudería) de realizar un sueño y una aventura que lo ha llenado, que la competición ha sido su más grande alegría, y cierra diciendo lo siguiente, “…Si alguien quiere entrar a formar parte de la F1, yo le daría el consejo de que mejor no lo haga…”.

Está claro cuales son las capacidades necesarias para entrar en este mundo, yo me despido de esta escudería porque representa el espíritu competitivo de antaño, porque en ella y las pocas que quedan, concretamente en la única que queda, está la esencia de la F1. Adiós, saiyonara y gracias por revivir viejos sentimientos.